En la farmacia muchas veces nos entra la duda de a qué precio poner al producto que estamos recepcionando… Habrá farmacias que marquen el precio en función de la familia, otras en función directamente del coste aplicándole un factor, otras marcando el PVP último fijado, otras el precio marcado por el proveedor… La cuestión es que todas ellas trabajan en el pricing… Pero ¿qué es pricing? Pues es el proceso por el cual un negocio fija el precio a los artículos que pretende vender. El pricing es el “arte” de encontrar el precio adecuado al producto para maximizar el beneficio de la farmacia de una manera directa o indirecta.
Y la cuestión es que las farmacias nos hemos visto forzadas, sin quererlo, a tener un curso intensivo durante la pandemia con los precios de las mascarillas, geles hidroalcohólicos, test de antígenos o guantes… Hemos visto como como la ley de la oferta y de la demanda se nos presentaba en su máximo esplendor y cómo debíamos de ser ágiles y flexibles en lo que respecta a los precios antes mencionados…
No hay una regla lineal básica para la fijación de precios, pero sí que hay factores que pueden influir en la asignación de los mismo como son:
- Estrategia de la propia farmacia
- Tipo de producto
- Competencia
- Mercado
- Momento del año en el que nos encontremos
- Nivel adquisitivo del barrio donde esté la farmacia
- Experiencia de venta que acompañe a la venta del producto
- Horario de la farmacia
- Lugar que ocupará expuesto el producto en la farmacia
Lo que está claro es que el precio que busquemos es aquel que maximice nuestro retorno y no necesariamente debe de ser el más barato.
En Farmaimpulsa entendemos que éste nunca debe de ser el camino y que se debe de tener un protocolo claro en asignación de los precios para así tener un criterio único en la farmacia.