Cada vez que instauramos un nuevo proceso en cualquier empresa, igualmente en una oficina de farmacia, tenemos que llevar un buen control de dicho proceso. De otro modo, será difícil poder afirmar que siempre lo que hacemos es rentable y que no perdemos el tiempo.

Para ello vamos a fijarnos en las cuatro fases de control de las acciones:

  • Enumerar las distintas actividades que vamos a desarrollar en la oficina de Farmacia.

  • Valorar el nivel de importancia que asigna a dichas actividades.

  • Valorar el grado de interés que tengan dichas actividades.

  • Valorar el tiempo dedicado.

Una vez que llevamos a cabo estas actividades, tendremos que tener un control del grado de ejecución y de satisfacción de dichas acciones llevadas a cabo. De esta manera veremos la tendencia al cumplimiento de estas metas, los beneficios obtenidos y también de los obstáculos que nos hemos encontrado en el camino y cómo los hemos podido saltar o nos han bloqueado. Así mismo, siempre debemos prestar atención al apartado de sugerencias de mejora para futuras ocasiones en las cuales llevemos esa misma actividad a cabo, y contemplar las ideas encaminadas a eliminar los obstáculos encontrados.

Desde Farmaimpulsa recomendamos que todas estas acciones posibles que puedas realizar en tu empresa las documentes, las registres, las controles, y las valores en tiempo y económicamente para ver cuánto de todo lo que hacemos la oficina de farmacia conlleva a una mayor rentabilidad para el titular y cuántas acciones ya hemos realizado y no son  económicamente interesantes. De esta manera conseguirás optimizar mejor tu tiempo y tu dinero. 

Estos cuatro puntos los puede rellenar el titular e incluso los propios empleados con las distintas tareas que tengan asignadas la oficina de farmacia.